Phillip Islandes una isla australiana localizada a unos 140 km de Melbourne (Victoria). Se encuentra unida al territorio continental de Australia por un puente de concreto de 640 metros de longitud. Mide 26 kilómetros de largo y 9 km en su punto más ancho. Posee 97 km de línea de costa.
La isla forma un rompeolas natural para las aguas superficiales de Western Port. Ocupa una extensión de 10.000 hectáreas. Su población actual es de aproximadamente 9,500 habitantes, tomando en cuenta el último censo de 2011.
Recibió este nombre por el primer gobernador de Nueva Gales del Sur, Arthur Phillip.
Desde Melbourne se organizan numerosos tours regresando el mismo día por la noche. El viaje de ida toma alrededor de 2 ½ horas, o algo más si uno se detiene en una famosa fábrica Phillip Island Chocolate Factory, poco antes de llegar. También, el visitante puede quedarse por varios días en los numerosos hoteles de la ciudad. Otra opción, que fue la que nosotros preferimos y recomendamos cuando se trata de una familia, es alquilar una vivienda amueblada. Los precios son razonables, si se recuerda que se está en Australia. Las mismas están dotadas de todo lo necesario. Nosotros ocupamos una de tres habitaciones con camas cómodas, baño, ropa de cama, la principal con televisor; comedor, cocina con todo lo necesario, incluyendo libros de cocina, y más aun, especias, aceites, etc., sala con muebles y un sofá cama, un gran televisor, videos, películas, numerosos libros variados, juegos para niños y adultos, tanto para el interior como para jugar en el patio de la casa, chimeneas con leña para la calefacción interior, muebles exteriores en el área para asado de carne.
La ciudad es encantadora, con gente excesivamente amable. Hay isletas con flores en todas las intersecciones principales, supermercados y tiendas numerosas, muchas con ofertas verdaderamente llamativas, a pesar de ser un lugar eminentemente turístico. Y sobre todo, restaurantes con oferta de alimentos de todos los países. Y allí, tampoco se ve ningún tipo de policía y un militar, ni en sueños. La vigilancia se realiza a través de cámaras y policías en traje de civil, que se desplazan por la ciudad en automóviles normales.
La playa es hermosísima. Las gaviotas abundan y rodean a las personas que se sientan a comer en las mesas ubicadas en el mirador del área de la playa. El oleaje es suave, la arena finísima y la profundización del agua muy lenta. Todo invita a nadar. El impacto se lo lleva uno cuando toca con el pie el agua, que es friísima, a pesar de que el sol este candente. Aun así nos animamos a nadar por una hora.
Pocos kilómetros antes de llegar a la ciudad principal en Phillip Island se encuentra Maru, una especie de zoológico particular con animales y aves nativos de Australia: Canguros, Koalas, Wallabies, Wombats, Avestruces y serpientes, venenosas muchas de ellas. Los canguros, wallabies, wombats y avestruces están tan acostumbrados a las visitas que, en vez de alejarse, se acercan a los visitantes para comer de sus manos el alimento que se adquiere en la oficina de entrada, en funditas, al costo de un dólar cada una. La entrada al lugar cuesta a 17 dólares por adulto y 10 por niño, teniendo la opción de comprar pases familiares, que resultan más económicos, pues cuestan 45, permitiendo la entrada de dos adultos y dos niños.
Otras atracciones que ofrece la isla son: Churchill Island, Seal Rocks y Koala Conservation Park. Además, la famosa pista de motociclismo, en la que se celebra anualmente el Gran Premio de Motociclismo de Phillip Island.
Otro punto que se está obligado a visitar es la famosa parada de los pingüinos o desfile de los pingüinos, que en resumen ocurre en una playa muy especial, dado que los pingüinos todos los días a la puesta de sol llegan a este lugar en especial y se dirigen a las madrigueras que les han sido especialmente preparadas en madera, para pasar la noche. Este es uno de los escasos lugares donde uno puede ver estas lindas criaturas en la belleza de su hábitat natural. Este espectáculo trae a cientos de turistas de todo el mundo todos los días. La tarde que fuimos enfrió bastante a la puesta del sol, de modo que solo nos animamos hasta que llegaron los primeros tres, con su peculiar caminar.
Estos pingüinos, nativos de Australia, son la especie más pequeña de pingüinos, llegando a medir no más de 33 centímetros. La mejor época para verlos es esta época del año, verano aquí, cuando nacen las nuevas crías. Uno desciende hasta los miradores por puentes escalonados de madera.
En conclusión, Phillip Island ofrece al visitante hermosas y sorprendentes vistas panorámicas, a la vez de paseos por el monte. Es una experiencia que inspira. No se debe dejar de conocer esta isla, si se visita Australia. Pero al desplazarse hacia alguno de estos lugares encantadores debe manejarse despacio y con sumo cuidado para no atropellar alguno de los canguros que repentinamente se deciden a cruzar la carretera. A nosotros nos toco ver a varios muertos, arrollados por automóviles y en el camino se nos atravesaron dos. A uno de ellos pensé que mi hijo no podría evitar atropellarlo, pero freno a fondo y por dos o tres pulgadas el canguro se libro de morir como los otros que vimos.